viernes, marzo 29, 2024

Gobierno israelí destruye casa de palestinos

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Israel hizo una operación de gran magnitud, con cerca de 700 soldados y 200 policías, para destruir casas palestinas en Cisjordania. La razón: las edificaciones estaban muy cerca del muro fronterizo. Para el gobierno israelí, las casas fueron construidas ilegalmente. Para la Autoridad Palestina, las demoliciones son una “grave agresión” que esperan llevar ante la Corte Internacional.

Uno, de las decenas de damnificados, dijo a AFP que tenía permiso “de la Autoridad Palestina. Pensé que estaba haciendo lo correcto”. Ahora lo han perdido todo. Sin previo aviso llegó la maquinaria acompañada por los efectivos militares en la madrugada, sacaron a las familias y derrumbaron las casas.

Según denunciaron las Autoridades Palestinas, las demoliciones empezaron en la primera hora de la madrugada de este 22 de julio. En redes sociales publicaron videos del operativo masivo.

“¿Por qué debería permitirse a las personas construir ilegalmente y poner en peligro la seguridad y la vida de otras personas, cuando en otros lugares del mundo esto no se acepta?”, se preguntó Emmanuel Nahshon, ministro de Exteriores Israel, en defensa de las acciones de demolición en Sur Baher

Oficiales de Naciones Unidas le habían pedido a Israel que cancelara las demoliciones que hasta ahora han dejado 17 personas desplazadas, entre ellas una pareja de ancianos y cinco niños.

Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina, describió los hechos como un “serio escalamiento contra nuestros indefensos ciudadanos”.

Israel, Trump y la solución de los dos Estados

La práctica, aunque esta vez masiva, es usada comúnmente por el Gobierno israelí por razones de “seguridad” o para mantener el control de territorios anexos. Tanto Cisjordania como el este de Jerusalén fueron anexados por Israel tras la guerra de 1967, sin embargo, Naciones Unidas los define como “territorios ocupados”.

Israel ha aumentado el control sobre territorios palestinos año tras año a través de no permitir construcciones cerca de unas fronteras que se expanden al mismo ritmo de las demoliciones o construyendo asentamientos judíos en los territorios que gobiernan las autoridades palestinas.

Y a pesar de que gran parte del mundo y organizaciones de derechos humanos condenan esa práctica, Israel ha encontrado en Estados Unidos un apoyo irrestricto y determinante. A pesar de las protestas y de la amenaza de desestabilizar la región, mudó su embajada de Tel Aviv a Jerusalén, la disputada ciudad histórica.

Y ahora es el yerno del presidente Trump, Jared Kushner, el encargado de lanzar un ambicioso plan económico para Palestina en donde no menciona la solución de los dos Estados.

Dicha solución, respaldada por gobiernos estadounidenses anteriores y por Naciones Unidas, plantea como salida al complejo conflicto israelí la existencia de dos naciones. Una, Israel, otra Palestina en lo que es hoy Cisjordania y Gaza, con capital en Jerusalén Oriental.

Israel tendría en la mira otro centenar de casas cerca del muro

Para los palestinos la mayor preocupación es que este operativo masivo de demolición de viviendas se convierta en un precedente. Miles de casas en Cisjordania están construidas cerca del muro de más de 700 kilómetros que separa los dos territorios.

Gran parte del muro fue construido tras el pico de ataques suicidas palestinos que ocurrieron entre 2002 y 2003. Algunas partes del muro están construidas en concreto, pero por la zona de las demoliciones es una cerca doble separada por una carretera militar, torres de vigilancia y sensores electrónicos.

En los acuerdos de Oslo de 1993 se había establecido que los edificios de Wadi al-Hummus, vecinos de la zona de demoliciones, quedaban bajo el control de la Autoridad Palestina. Pero Israel, según la ONU, tiene en la mira otro centenar de casas en ese lugar.

Por ahora los damnificados quedaron en la calle. Luego de que su casa fuera derrumbada, Faid al-Wahash, de 37 años, dijo a AFP: “Construí esta casa piedra por piedra. Era mi sueño vivir ahí y ahora lo he perdido todo”.

Akhran Yawahda también comenzó a construir la casa en 2014, una vivienda que hoy es una pila de escombros tras la demolición. “La imagen lo dice todo, destruyeron la esperanza de nuestra vida y volvimos a cero”, compartió.

La ley israelí establece que los damnificados deben pagar al Estado el costo de la demolición de sus propias casas.

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