A una semana del inicio de clases, las ventas en papelerías y librerías de la ciudad no son las esperadas.
“La venta está muy baja. No es la misma venta de hace años”, dice Hanni Mix Gutiérrez, empleada de la papelería Optivosa, que en años anteriores se abarrotaba de gente que acudía a surtir su lista de útiles escolares.
Las ventas, señala Hanni, bajaron a raíz de la pandemia y las restricciones que se han estado dictando. “La verdad es muy poca la gente que está entrado a comprar. No hay mucha gente, está muy bajo”, reitera.
A pesar de todo, en los últimos días estos negocios han tenido un respiro. Si bien las ventas son bajas y la cantidad de gente no se compara con la de años anteriores, sí hay un poco más de compradores.
“Esperemos que con este inicio de clases vengan a surtirse con sus útiles: libretas, plumas, colores… todo lo que van a estar utilizando en casa. Esperemos que siga aumentando un poco más la llegada de clientes porque sí nos ayudaría”.
Al igual que otros negocios, la papelería ya ofrece el servicio a domicilio, que antes solo tenían reservado para clientes mayoristas. “Ahora se los podemos llevar a la gente que no pueda salir o prefiera quedarse en su casa”, dice Hanni, tras subrayar que en esta “nueva normalidad” las mochilas son los productos que menos salida tienen, en relación con los cuadernos, lápices y las cajas de colores, cuya demanda no cayó.
A su vez, Lázaro Cetz, vecino de Molas, reconoce que este año, sin duda, ahorrará un poco en la compra de útiles debido a que las clases serán en casa.
“Sí hay un poco de ahorro, pero pienso que es mejor ir a la escuela. No es lo mismo en la tele…”, opina.
Abordado mientras compraba cuadernos y otros útiles escolares, el señor Cetz reitera que es mejor ir a la escuela aunque se gaste un poco más de útiles.
“No nos han dado la lista de útiles, pero estamos aprovechando comprar algunas libretas que de todas formas sabemos que las van a pedir”, explica.
También está consciente que lo que no compre ahora, como mochilas o pintarrones, lo tendrá que adquirir cuando se reanuden las clases de forma presencial.
Teresita Criollo, quien también es vecina del interior del Estado, comenta que aún desconoce si ahorrará o no por el hecho de que su hijo estudie en casa, pues tampoco a ella le han enviado la lista de útiles escolares.
“No sé qué van a pedir, pero aquí estoy adelantado algo”, reconoce.
Teresita también es de las que opina que estudiar en casa será un poco complicado porque no todos los niños tienen el privilegio de poder ver las clases en televisión.
“En la casa, gracias a Dios, no tenemos ese problema”, comenta.