jueves, marzo 28, 2024

Tres especies luchan por su supervivencia

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Un grupo de científicos de la Unidad MuItidisciplinaria de Docencia e Investigación (UMDI) de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM investigaron los camarones de cueva. Descubrieron que se distribuyen y alimentan de diferentes fuentes.

Efraín Chávez Solís, estudiante de doctorado en Ciencias Biológicas, y sus colegas analizaron a los pequeños crustáceos que viven en los cenotes de Yucatán y Quintana Roo, los cuales contribuyen a mantener viable el agua en su ecosistema, informa un comunicado.

En Sisal, Yucatán, explicó Chávez, encontraron que las tres especies estudiadas, del género “Typhlatya”, se distribuyen de diferente manera en el cenote y la cueva.

“Una está justo en el cenote, donde hay influencia solar; otra está en la caverna, sitio de transición entre el cenote y la cueva; mientras que una tercera está cueva adentro. Las especies cercanas al cenote son dulceacuícolas, y la que está cueva adentro se encuentra en el agua salada”, añadió.

El investigador precisó que esto es posible porque los sistemas están estratificados verticalmente.

Cuando cae el agua de lluvia, se filtra por la roca y se asienta sobre una capa de agua salada que está abajo y entra desde la costa.

Como no hay fricción, estas capas de agua no se mezclan y permanecen separadas. Esa división de las especies en estratos de agua dulce y salada fue la primera aportación del trabajo.

Para la segunda, los científicos utilizaron isótopos estables y radiocarbono para determinar cómo son las fuentes alimenticias de estas tres especies.

“Hicimos un análisis en el agua y en los sedimentos y lo repetimos en los camarones. Encontramos que las tres especies se diferencian muy sutilmente en su alimentación”, señaló.

Los camarones realizan un proceso de quimiosíntesis para alimentarse y, mientras que las especies que están en el cenote y la caverna se alimentan de algas fotosintéticas, la segunda y la tercera que viven en la cueva de agua salada se nutren de bacterias quimiosintéticas, abundó el biólogo.

“No puede haber dos especies que compartan el mismo espacio y se alimenten de los mismos recursos naturales, porque la competencia sería tal que solo una especie podría sobrevivir. Esa es la importancia de la repartición de nichos”, explicó.

Científicos de la UMDI hicieron una investigación en torno al ecosistema de los cenotes.

En junio de este año, junto con sus colegas, publicaron en la revista “Scientific Reports” cómo los camarones de cueva se distribuyen y alimentan de diferentes fuentes dentro de la cueva o en la cercanía del cuerpo de agua.

Algo fundamental para mantener el delicado equilibrio de estas especies es la conservación de los cenotes y cuevas, los cuales se deben mantener fuera de la contaminación para que tanto ese ecosistema como sus habitantes estén saludables.

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