Los ojos de toda la nación de Estados Unidos se hallan puestos en Georgia, donde este día se celebrarán las elecciones para elegir los dos asientos restantes que terminarán de conformar el Senado de ese país, definiendo así si el protagonismo lo siguen teniendo los republicanos o pasa a los demócratas.
Se enfrentan por un lado el actual senador republicano, David Perdue, contra el demócrata Jon Ossoff. Y en la segunda contienda aparece la senadora republicana en ejercicio, Kelly Loeffler, contra el demócrata Raphael Warnock, pastor principal en la Iglesia Bautista Ebenezer en Atlanta.
Loeffler apenas cumplió su primer año en funciones luego de que el ex senador republicano Johnny Isakson se retirara, asegurando que fue motivos de salud. Esta elección, que en una primera versión ya se celebró el martes 3 de noviembre, se tuvo que enviar a una segunda vuelta pues ninguno de los candidatos obtuvo el 50 por ciento de los votos como ordena la legislación del estado.
El que más cerca estuvo fue el senador Perdue quien obtuvo el 49.7 por ciento de los votos frente al 47.9 por ciento de Ossoff. El factor de la llamada de Trump La elección de hoy se ha contaminado por el factor Donald Trump y sus constantes ataques al sistema electoral, como sus dichos durante la precampaña en el sentido de que las elecciones “podrían estar amañadas”, esto sin demostrar antecedentes.
Sin embargo, lo que terminó de agitar el ambiente prelectoral fue la llamada que Trump realizó el 2 de enero al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, para presionarlo a que buscara cambiar el resultado de la pasada elección presidencial en ese estado urgiéndolo a “encontrar 11 mil 780 votos”, a su favor que revirtieran el triunfo del demócrata Joe Biden.
Dicha llamada, de más de una hora, filtrada por Raffensperger a The Washington Post ha tenido en constante azoro a la opinión pública de los Estados Unidos desde el domingo por la tarde en que se dio a conocer.
Demócratas podrían tener el control político total Esta elección, que comenzó a recibir votos por correo desde el 14 de diciembre, se realizan un día antes de que el Congreso certifique a Biden como el ganador de las elecciones
Y han adquirido una importancia capital dado que dos victorias de los demócratas permitirían al partido del presidente electo el control total del poder político pues ya ostentan la Casa Blanca y la Cámara de Representantes.
Por el contrario, una victoria de los candidatos republicanos permitiría al partido de Donald Trump bloquear muchas de las propuestas legislativas que piensa implementar el presidente electo Biden. Tal es el valor de las elecciones que la tarde de ayer tuvieron en los cierres de campaña tanto a Donald Trump como al próximo mandatario de Estados Unidos.
“Toda nuestra nación cuenta con la gente de Georgia”, dijo anoche Trump y amenazó que “ellos (los demócratas) no van a tomar esta Casa Blanca pues vamos a pelear como el infierno”.
Joe Biden, por su lado, dijo a quienes se reunieron en el rally convocado por su partido, que “el poder esta literalmente en sus manos pues como nunca en toda mi carrera, un solo estado puede cambiar el curso, no de los siguientes cuatro años sino de la siguiente generación”.
De ese tamaño juzgan los protagonistas el valor de las elecciones que se están celebrando en este momento.
