El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmará el lunes una orden ejecutiva que da prioridad a las empresas y productos estadunidenses en los contratos con el gobierno federal, un impulso a la idea del “Made in America” de la cual ya hablaba su predecesor, Donald Trump.
La orden, dijeron altos funcionarios de la Casa Blanca, tiene como objetivo impulsar la producción nacional y salvar empleos industriales mediante el aumento de las inversiones en las industrias manufactureras y los trabajadores.
Menos de una semana después de su toma de posesión, Biden ya ha dejado claras sus prioridades a golpe de órdenes ejecutivas, a pesar de que su gabinete no está compuesto al 100%, con puestos como el de secretario de Estado aún por certificar.
La nueva orden ejecutiva reduce la posibilidad de incumplimiento de las normas ya existentes que exigen a las autoridades federales dar prioridad a la compra de productos fabricados en Estados Unidos. Biden quiere limitar las lagunas legales que algunas agencias federales usan para comprar productos hechos en Estados Unidos a empresas que a menudo fabrican en territorio estadunidense solo una pequeña parte de los productos vendidos al gobierno.
La decisión de Biden sigue el camino marcado por sus predecesores, especialmente por Trump. El exmandatario ya había firmado una orden ejecutiva en la que instaba al gobierno federal a comprar más productos fabricados en Estados Unidos.
También aprobó grandes paquetes de aranceles contra la importaciones. Pero en lugar de una guerra comercial con otros países, Biden se enfoca en endurecer las normas del “compre productos estadunidenses”, gracias al poder económico del gobierno federal.
“Los dólares que gasta el gobierno federal son una herramienta poderosa para apoyar a los trabajadores y fabricantes estadunidenses. Solo las adquisiciones públicas representan casi 600 mil de dólares millones de gastos federales”, dijo un funcionario de la administración.
La Ley de Compra de Productos Estadounidenses de 1933, todavía en vigor, requiere que las agencias federales den prioridad a la compra de bienes producidos en suelo estadunidense, pero “estas preferencias no siempre se han implementado de manera consistente o efectiva”, según la administración Biden.
En el texto se cambia la definición de lo que se considera un producto fabricado en Estados Unidos y reduce las posibilidades de exenciones. La administración también quiere que las nuevas empresas, incluidas las pequeñas, tengan acceso a las licitaciones.